Sangre y espina by Margaret Owen

Sangre y espina by Margaret Owen

autor:Margaret Owen [Owen, Margaret]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Fantástico
editor: ePubLibre
publicado: 2023-05-16T00:00:00+00:00


CAPÍTULO 18

Belleza

Cuando regresamos a El Magistrado Feliz por la tarde, Joniza está relajándose en el pequeño jardín acotado para los clientes que quieran comer al sol. Echa un vistazo a la tiza roja que nos cubre a los dos y estalla en carcajadas.

—¿En qué tipo de lío os habéis metido ahora?

Me imagino que Emeric y yo podemos desviarnos un poco antes de ir a limpiarnos y pensar en cómo rescatar a Erwin Ros.

—Sectarios —le digo a modo de explicación mientras me acerco a ella. Joniza asiente juiciosa—. Parece que tu día va mejor que el nuestro.

Joniza alza una elegante copa decorada con flores.

—Baba conoce a un decorador de aquí que compra a lo grande. En esta ocasión, parece que tiene un encargo tan desmesurado que quiere limpiar casi toda la caravana.

—¿Y con eso meister Bajeri podrá emprender el viaje de vuelta antes?

—Y si nos marchamos dentro de unas semanas, podemos usar el paso veraniego de las Alderbirg por el sur en vez de rodearlas. —Joniza sonríe—. Llegará a Sahali con tiempo de sobra antes de que Fatatuma dé a luz. Puede que incluso nos detengamos en Minkja para que conozca a Bastiano.

Recuerdo todos los largos viajes que Bajeri hizo por Sovabin, todas las veces que vio cómo vivíamos pero sin criticarnos.

—Creo que le gustaría verte feliz.

—Mmm. —Joniza separa un dedo de la copa para apuntarme con él—. Te has puesto muy profunda. A lo mejor la secta esa no está tan mal.

—No —replica Emeric con amargura e intenta, una vez más, limpiarse la tiza del abrigo—. Sigue siendo horrible.

Una cabeza asoma por la puerta que lleva a la taberna: Agnethe. Se me cae el alma a los pies. Aún no hemos averiguado un modo de hacer que le paguen.

—Felicita a tu padre de mi parte —le digo a Joniza—. Tenemos que ir a encargarnos de un asunto.

Nos acercamos a Agnethe.

—¿Has probado la tarta de manzana? —pregunta Emeric mientras aparta una silla de una mesa vacía. Agnethe asiente y se sienta delante de él, removiéndose nerviosa, pero no habla—. Bueno, hemos ido a ver a Madame Tesoro.

Me dejo caer en una silla a su lado.

—Es horrible.

Un destello de alivio atraviesa el semblante de la chica. Entiendo el motivo: cuando dices que una persona poderosa te ha tratado con injusticia, nunca sabes si los demás decidirán que es más fácil fingir que no te han oído.

—Cuando firmaste el contrato para trabajar, ¿te dijo lo que determinaba? —pregunta Emeric.

Agnethe retuerce la cara mientras intenta recordar.

—Decía que ganaría un penique blanco cada día que trabajase para ella. Luego me pidió que firmase y dijo que no pasaba nada si no podía escribir mi nombre.

—¿Había alguien más presente?

—No.

—¿Te comentó algo de pagarte en spintz? ¿O sobre una tarifa de conversión?

—No hasta que pedí la paga. Luego me dijo que estaba… —El ceño de Agnethe se agrava—. ¿En administración incauta?

—¿Incautación administrativa? —El ceño de Emeric imita al de Agnethe y la chica asiente—. Eso no… Me temo que te mintió. La incautación administrativa es lo que se hace con los bienes de una persona mientras cumple una pena de cárcel.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.